Monday, March 27, 2017

Cosas que pasan

Se murió la hija de Sonia. Sólo dos añitos y esta vez no sirvieron los mejunjes que le recomendó la vecina rezandera experta en curar el ojo. Sonia tiene veintidos años y quedó embarazada de Tomás que apenas se dió cuenta de su preñez no la volvió a ver. Su mamá, muy casera, le cuidaba a su bebé mientras ella atravesaba la ciudad para trabajar en casa de la señora Leonor, cuatro días a la semana limpiando, planchando y cocinando para ella y su familia. Lizbeth, su mejor amiga, le aconsejó que consultara al médico. 

Al segundo día de fiebre, Sonia llevó a su bebé al puesto de salud. Después de un examen de orina, se confirmó una infección urinaria. Apenas llegó a su casa se lo comentó a su mamá y le mostró el resultado del examen. Su mamá, enojada y desesperada por el estado de salud de su nieta, rompió el examen y le recordó que eso no era nada más sino ojo, que ella ya le había medido los pies y que tenía uno más pequeño que el otro y ella nunca se equivocaba, que se dejara de bobadas. La niña estaba ojeada.Sonia, obediente y temerosa, siguió sus consejos por respeto a su experiencia maternal y siguieron las recomendaciones de doña Juana, la vecina, que ya había hecho el trabajo dos veces. Pero esta vez no funcionó. Laurita convulsionó, se dehidrató, se murió.


2 comments:

  1. Tremendo tu relato, pero seguro que la realidad supera con creces a la ficción. Saludos.

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