Cosas que pasan
Se murió la hija de Sonia. Sólo dos añitos y esta vez no sirvieron los mejunjes que le recomendó la vecina rezandera experta en curar el ojo. Sonia tiene veintidos años y quedó embarazada de Tomás que apenas se dió cuenta de su preñez no la volvió a ver. Su mamá, muy casera, le cuidaba a su bebé mientras ella atravesaba la ciudad para trabajar en casa de la señora Leonor, cuatro días a la semana limpiando, planchando y cocinando para ella y su familia. Lizbeth, su mejor amiga, le aconsejó que consultara al médico.
Al segundo día de fiebre, Sonia llevó a su bebé al puesto de salud. Después de un examen de orina, se confirmó una infección urinaria. Apenas llegó a su casa se lo comentó a su mamá y le mostró el resultado del examen. Su mamá, enojada y desesperada por el estado de salud de su nieta, rompió el examen y le recordó que eso no era nada más sino ojo, que ella ya le había medido los pies y que tenía uno más pequeño que el otro y ella nunca se equivocaba, que se dejara de bobadas. La niña estaba ojeada.Sonia, obediente y temerosa, siguió sus consejos por respeto a su experiencia maternal y siguieron las recomendaciones de doña Juana, la vecina, que ya había hecho el trabajo dos veces. Pero esta vez no funcionó. Laurita convulsionó, se dehidrató, se murió.
Tremendo tu relato, pero seguro que la realidad supera con creces a la ficción. Saludos.
ReplyDeleteSaludos.
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